
Paul Poiret, más que un simple diseñador, era un hombre de negocios sumamente brillantes, considerado como el padre de la Moda Moderna. El mismo The New Yorker lo califico como: la persona indicada para robarle las ideas para el futuro y forzarlas en las nuevas generaciones. Autodenominado como artista y no un modista, en una entrevista realizada en 1913 declaraba: “Las damas vienen a mí por un vestido del mismo modo que van donde un pintor para que las retrate sobre un lienzo”.
Poiret emerge de la pobreza, al igual que muchos de los más grandes mitos y figuras del diseño. Realiza su primer diseño, al igual que Yves Saint Laurent para una muñeca de su hermana con resto de seda de un paraguas. Este inició en la pobreza lo dejaría atrás en la cumbre de su éxito, diseñando capas envolventes que se llegaron a vender 400 unidades durante una temporada, un record para la época. Sería en el taller de Doucet, y más tarde en el de Worth, donde se formaría el modisto que recibe el mérito de haber creado a principios del siglo XX, la silueta de la mujer moderna.
EL REY DE LA MODA un ascenso fulgurante Y UNA CAÍDA MAYOR.
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Un diseñador quizá no reconocido en el lugar que ostentó en su época, el aroma de Chanel no. 5 cuya fragancia y aroma irradia por todos los rincones de la moda moderna, y que se ha convertido en un mito, nos ha hecho olvidar que fue precisamente Paul Poiret el primer diseñador en inventar un perfume, retando a las casas comerciales de la época. Siempre Poiret, tuvo como adjetivos la innovación y creación, muestra de ello, es que a la par de la creación de su fragancia, fundó el atelier de Martine, donde niñas de escasos recursos eran enseñadas sobre artes decorativas, esto por el año 1911; ayudando a la producción de botellas y envolturas, de las que serían sus fragancias venideras: la rose de rosine, la fruit dé fendu, aladin y croup foundre.
Un vanguardista y liberador, podrían ser más denominaciones para nuestro Rey de la Moda, quien por allá de 1905 se encargo con su audacia y extremismo de liberar a la mujer de la larga tiranía del corsé que había persistido en la moda europea desde el siglo XVI, reduciendo el peso del vestuario de tres kilos a 900 gramos. Esta liberación tuvo su razón de ser, al considerar ridícula la silueta formada por el corsé, que acentuaba un busto curvo y trasero prominente. Batalla librada y ganada, tras la creación de un traje sencillo, entallado directamente bajo los pechos y caía recto hasta los pies. Dicha liberación erróneamente ha sido atribuida a Gabrielle Chanel
Irrumpió también en el diseño de calzado, los cuales seguían los patrones de su ropa. Con tendencia y gusto por los brillos, cambiando después por los bordados, lentejuelas y por el barroquismo. Tardaría mucho en incorporarse las plataformas con cuñas, hasta Salvatore Ferragamo, y aún más los tacones de aguja, innovación de Roger Vivier para Christian Dior. Siempre a la par de los grandes de la época, hay una anécdota que circula por los salones de la moda que pone a Paul Poiret frente a una Coco Chanel vestida totalmente de negro (sin estar de luto). Cuando el modisto le preguntó a la diseñadora por qué iba con ese color si no se le había muerto nadie, ella respondió. “por usted señor Poiret, por usted”. Aunque ilustra las rivalidades entre colegas, la frase también responde a una forma de entender el mundo que nació con el mito Chanel.
Lamentablemente no todo fue éxito, esta tendencia que irrumpió fue desencadenándose al extremo, llegando a la degeneración, al subir más el talle, y en consecuencia, los pechos. Su estilo considerado en su época final como decadente le aseguraba escándalos inmejorables, llegando al extremo de recibir condenaciones por el mismo Pío X, producto de la presentación, de su falda pantalón. Abandonado por todos, convertido en profeta y superado por sus propios discípulos, en 1920 cerró su casa de costura y se retiró a la Provenza, donde consumido por el rencor se dedicó a la pintura, dejando lo que más amaba: la moda.
La moda, esta en deuda con su Rey, y es la misma moda y los grandes diseñadores, lo que hoy por hoy, le regresan su lugar y título que merece. Así decidió el Metropolitan de Nueva York dedicarle una exposición en el año 2007, motivos para reinar no le faltan.
El Rey ha vuelto y tiene motivos para reinar no le faltan.
© 2014 by Mary Lizbeth Pérez Guadarrama.
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